La seguridad alimentaria es clave para la economía de los países. La industria alimentaria representa el 10% del PIB mundial y 200 millones de personas trabajan en la industria de alimentos y bebidas. Por eso se hace indispensable cuidar la inocuidad alimentaria ya que las proyecciones indican que para el año 2050 se deberá aumentar la producción en un 60% para poder alimentar a la población mundial. ¿Cómo responde Chile ante este escenario?

Entre el 9 y el 11 de junio se realizó un ciclo de Seminarios web en el marco del escenario de pandemia y la Seguridad e Inocuidad Alimentaria en Chile y el mundo, organizado por la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria, ACHIPIA, junto al Instituto

Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA, FAO y la OMS. La jornada del jueves 11 se enfocó en la respuesta que está dando, desde distintos ámbitos, la industria alimentaria a la situación de pandemia, para mantener los estándares de inocuidad y calidad alimentaria que caracterizan a Chile en el mundo.

El encuentro comenzó con algunas palabras de Nuri Grass, secretaria ejecutiva de ACHIPIA, quien agradeció la participación de los asistentes durante las tres jornadas. Grass reflexionó sobre los desafíos, las adaptaciones y las soluciones requeridas por el Sistema Nacional de Inocuidad y Calidad Alimentaria en el marco del escenario de pandemia a nivel mundial y rápidamente cedió la palabra para la intervención de Marcos Sánchez, Profesor Asociado del Departamento de Ciencias Animales y Alimentarias de la Universidad de Texas, Estados Unidos.

En su presentación, el docente hizo un análisis exhaustivo sobre los problemas que ha tenido que enfrentar el país del norte en relación a la lucha contra el COVID-19. Cuando se presentaron los primeros casos, hubo un alza de precios y desabastecimiento de algunos productos como huevos y carnes. Cuando el abastecimiento fue asegurado, los esfuerzos se enfocaron en mantener la línea de producción y proteger a los empleados de la industria. Crearon un plan genérico COVID-19 de gestión laboral y centraron sus acciones principalmente en proteger a los empleados y trabajadores de planta, por ejemplo, implementando medidas de seguridad, modificando procesos productivos, cambiando horarios de jornada laboral para evitar aglomeraciones y contacto físico, proveer de equipos de protección adecuados para los empleados, entre otras medidas.

Más tarde, Ricardo Adonis, Secretario Ejecutivo del Comité de Inocuidad de ASOEX, hizo un balance de lo que la industria frutícola chilena ha tenido que enfrentar en este período de crisis sanitaria y también comunicó algunas medidas de protección que se están adoptando en el sector de frutas en Chile. Destacó la importancia de la experiencia que desarrolló el

sector durante estos últimos 20 años y que ha dado como resultado un alto estándar de seguridad en los procesas productivos. “El SARS-CoV-2 es un desafío continuo y los esfuerzos de ASOEX están centrados principalmente en las personas, entregándoles capacitación constante, cuidando la trazabilidad de los productos y preocupándose de mantener los lugares de trabajo con todas las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios”, dijo.

Juan Carlos Domínguez, Presidente Ejecutivo de ChileCarne, en su presentación “Respuesta de la industria porcina y avícola frente al COVID-19” se refirió a las medidas que ha implementado la industria en la lucha contra la pandemia, haciendo hincapié en que todas han buscado proteger la salud y el bienestar de  los trabajadores del sector. También, se refirió a la situación en que se encontraba el sector cuando irrumpió la pandemia: “el COVID-19 nos encontró preparados, ya que la industria por su naturaleza exportadora, cuenta con altos estándares de sanidad e inocuidad. Lo primero que hicimos en marzo fue decirnos: estamos bien, pero debemos reforzar las medidas y hacer protocolos COVID. Nos enfocamos en definir cuáles eran los puntos más críticos, claramente era lo que pasaba fuera de la operación, los traslados, el acceso a la instalaciones y las áreas comunes”.

“Los niveles de seguridad de la industria son altos; de igual forma reforzamos nuestras medidas aún más para dar tranquilidad a los trabajadores y sus familias, productores y consumidores”, indicó. “Gracias a esto, logramos la continuidad operacional que era clave para el abastecimiento del país”, añadió el ejecutivo.

Rolando Ibarra, Jefe del Área de Salud e Inocuidad del Instituto Tecnológico del Salmón, señaló que el balance que hace su sector es positivo. La experiencia obtenida con el virus ISA hace algunos años, obligó a la industria salmonera a tomar medidas de bioseguridad muy altos, los que no difieren mucho con los que se han tenido que implementar con esta

pandemia. Uno de los énfasis que ha puesto la industria en este periodo ha sido el estrechar los lazos con la comunidad, con los colaboradores, dándoles todas las herramientas necesarias para que puedan sentirse seguros en sus lugares de trabajo. Se definieron zonas de riesgo, restructuraron turnos, se definieron unidades epidemiológicas, se tomaron acciones para minimizar el riesgo de contagio y por último se implementó un programa de apoyo psicológico.

Erich Jaeger, Gerente de Food-Safety-Product Safety-Health & Wellness de Walmart Chile,mostró la experiencia desde la industria del retail y cómo han enfrentado esta pandemia. Una de las primeras medidas que tomaron fue crear un comité de crisis que enfrentara los grandes desafíos para asegurar la continuidad operacional de la empresa. Esto significó cambios de protocolos en las tiendas, como implementación de señalética, sanitización de las mismas, proteger a los trabajadores con mascarillas, guantes, reducir el acceso de personas, asegurando 10 metros cuadrados por cliente, entre otras medidas.

Rodrigo Quintero, Director de Alimentos DQS-CFS LATAM, Asesor Senior de IFS, con la ponencia “La Experiencia de la Certificación”, abordó los difíciles momentos que han experimentados las oficinas de certificación en el país. Se estima que las certificaciones bajaron en un 70%. El foco ha sido la certificación de GFSI, HACCP e ISO, principalmente, cabe recordar que las certificaciones no fueron consideradas como servicios esenciales en esta emergencia sanitaria, por lo que ha traído cierre y quiebras en algunas oficinas certificadoras. También se han enfrentado a que la certificación no está autorizada para hacerla de forma remota y a esto se suma también a la falta de auditores locales, señaló.

Constanza Vergara, del Área de Asuntos Internacionales de ACHIPIA, fue la encargada de dar cierre a este ciclo de conferencias centradas en la inocuidad y calidad alimentaria. Hizo un llamado a seguir trabajando de manera unida en estos temas tan importantes para la seguridad en la provisión de alimentos inocuos. La seguridad alimentaria tiene una enorme relevancia en la economía de los países, la industria alimentaria representa el 10% del PIB mundial y 200 millones de personas trabajan en la industria de alimentos y bebidas. Por eso se hace indispensable cuidar la inocuidad alimentaria ya que las proyecciones indican que para el año 2050 se deberá aumentar la producción en un 60% para poder alimentar a la población mundial. Por eso se hace indispensable el seguir trabajando para asegurar la inocuidad de los alimentos y para así proteger la salud de las personas.

El Ciclo de Webinars convocó a más de 1.200 personas durante las tres jornadas, quienes siguieron las charlas a través de las plataformas Zoom, YouTube live e Instagram.

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