Un especial enfoque en la necesidad de transformación de los paradigmas que rigen a la alimentación hoy en día y en cómo se están llevando a cabo estos cambios de manera sostenible, tuvo el Seminario web “¿Es necesaria una transformación estructural de nuestros sistemas alimentarios?”, el cual fue uno de los encuentros que se realizó en el contexto de la cuarta versión de Expo Chile Agrícola -segunda versión online- que organiza el Ministerio de Agricultura, y donde nuestro presidente, Juan Carlos Domínguez, tuvo una activa participación, junto a Olga Barbosa, SEREMI de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación Macrozona Sur; Ray Archuleta, miembro del Natural Resources Conservation Center del USDA; y Rafael Larraín, académico Agronomía UC.

Sobre si considera pertinente la transformación de los sistemas alimentarios, Juan Carlos Domínguez explicó durante el Seminario que: «En Chile es necesaria la transformación, pero ya lo estamos haciendo de la mano de la eficiencia. Este concepto no apunta solamente a bajar costos y aumentar los márgenes, sino más bien a usar óptimamente los recursos naturales, aprovechándolos al máximo. Está claro que la sustentabilidad es la base de nuestra agrícultura y por eso la eficiencia es tan importante, en donde el ahorro en uso del agua, el desarrollo de nuevas tecnologías y buenas prácticas en el tratamiento de animales son prueba de esto”.

Proteínas esenciales que alimentan al mundo de la mano de una producción eficiente

Con respecto al consumo de proteínas animales y a las problemáticas de obesidad y desnutrición que existen en distintas partes de nuestro país y del mundo, Juan Carlos Domínguez dijo: “No hay dudas respecto de la necesidad por parte del ser humano de consumir aminoácidos esenciales y esos aminoácidos solamente se encuentran en los productos animales, como las carnes de pollo, pavo y cerdo las que poseen proteínas de alto valor biológico. Nosotros como industria estamos trabajando en ser cada día más eficientes y en ser más sostenibles, pero hay también un punto importante que resaltar y es que si bien se requieren mejoras en los sistemas de producción también es necesario impulsar un consumo sustentable”.

Juan Carlos Domínguez sostuvo que el ser eficientes/sustentables en la industria de las carnes blancas considera la implementación de distintas estrategias a lo largo de la cadena productiva. En primer lugar, mediante una alimentación animal sustentable: se trata de una industria que produce esta proteína a partir de la energía que entregan las plantas -maíz y soya- es por ello que cobran gran relevancia los avances y mejoras de líneas genéticas y también en la fabricación del alimento empleando tecnologías para la  peletización que evitan perdidas de alimento y mejoran la conversión. Otro aspecto importante a descatar es la economía circular, uno de los principales activos con los que cuenta la industria, que con una producción cero residuos tanto a nivel de granja como de faena a través de la implementación de tecnologías avanzadas de tratamiento y de la generación de energía renovable, contribuyen a disminuir la huella de carbono. “En los últimos 20 años, ha habido una reducción de un 32% de emisiones GEI por cabeza de cerdo producido en el caso del sector porcino, lo cual equivale a dejar de emitir 422,8 Gg CO2 por año, es decir a la absorción de CO2 que logran 23.642 hectáreas de pino, o a haber plantado 28 millones de árboles”, reveló.

Concretamente en Mallarauco- a 80 km de Santiago- hay un campo con una producción de cerdo que se autoabastece de energía a través de un biodigestor. Además, están regando más de 300 hectáreas de maíz con los purines, ahorrando también en la aplicación de fertilizantes, lo que equivale a aproximadamente a un 10% del total de costos de producción.

Asimismo, para el ejecutivo, el consumo eficiente de agua es otro aspecto relevante que considerar: “Para producir anualmente las 576.000 toneladas de carne de cerdo, se usan 8 millones de m3 de agua, lo cual es bastante marginal y equivale aproximadamente a un 1% de lo que consume el sector frutícola en Chile, o a un 2% del consumo de la población y a menos de un 6% del consumo de agua del sector minería.  Pero lo más importante es que el 50% del volumen utilizado por la industria, es decir el equivalente a 4 millones de m3, hoy son tratados en plantas de tratamiento avanzadas y devueltos a las cuencas para su uso posterior. Mediante estas buenas prácticas logramos producir de manera sustentable».