Representantes de las principales asociaciones de productores y exportadores de carne de cerdo de Latinoamérica: México, Colombia, Perú, Chile y Argentina, expusieron y presentaron sus estrategias de marketing para el consumo de esta proteína en su respectivo país, así como también sus actuales y futuros planes de exportación.

Y es que de manera histórica, la carne de cerdo ha sido la proteína más producida y consumida a nivel mundial. En el 2019, surgió un cambio en relación al liderazgo de esta proteína, que es superada en consumo por la carne de ave. “Este fenómeno se explica básicamente por problemas sanitarios, entendiendo que hemos sido testigos de cómo enfermedades como la Peste Porcina Africana (PPA) han acabado con millones de cerdos en diferentes regiones y continentes en el mundo. Hemos visto la agresividad del virus en las granjas, sin embargo abre oportunidades y éstas han sido tomadas de forma oportuna”, sostuvo Iván Espinosa, coordinador del Consejo Técnico de la Organización de Porcicultores Mexicano (OPORMEX).

Latinoamérica no ha estado exenta de esta realidad, en este sentido ha sido muy interesante la manera en cómo han reaccionado los países e industrias para entender los cambios en el mercado. Destacó que es un continente que tiene el desafío de alimentar al mundo, ya que es una región cuenta con los recursos naturales, la mano de obra, el agua, la tierra, la voluntad de los gobiernos para seguir explotando esta actividad y se visualiza cómo será el productor/proveedor de proteína animal en el largo plazo. Hoy es el proveedor del 10% de la exportación de carne a nivel mundial. No obstante, existen retos importantes como el cambio climático y bienestar animal ligados a la porcicultura asociados al marketing en donde debemos apoyarnos para buscar nuevas iniciativas”, destacó.

México

Yannin Rivas, presidenta de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas de Cerdos (AMVEC) sostuvo que el consumo de carnes en México a nivel pér capita es de 65 kg por año. Éste es un país deficiente de producción de carnes en general y hoy la preferencia de proteína animal es el pollo, cuyo consumo per cápita es de 35 kgs por persona. En cuanto a la carne de cerdo se consumen 19% kilos de carne de cerdo per cápita, México ocupa el octavo lugar de los mayores consumidores de carne de cerdo”, afirmó. Actualmente, México aporta el 2.8% de la producción mundial de carnes.

Rivas aseveró: “Nuestra porcicultura está muy pulverizada, muy abierta, hay un porcentaje de granjas tecnologizadas, sin embargo, en México, solamente producimos 1.570 kilos de carne de hembra por año. Somos el tercer importador de carne de cerdo. Tenemos un déficit, necesitamos producir más”. Actualmente, el principal productor de carne de cerdo es Jalisco.

Gracias al liderazgo de los productores del centro del país y organizaciones asociadas se ha logrado que el peso de venta para México subiera y esto se reflejara en un 7% de crecimiento anual en kilos comercializados de carne de cerdo, a pesar de un pequeña baja en la producción. Asimismo, el tema de la PPA trajo la oportunidad de mandar carne de cerdo a China como para varios países latinoamericanos. “Es un mercado que no exige tanto, comparado con Japón que sí pide cortes específicos. El aumento de las exportaciones hacia China fue de un 258% en el período 2019-2020, considerando que en 2018-2019 ya había habido un incremento significativo. “Es una gran oportunidad para seguir exportando porque el principal consumidor de carne en el mundo es China”, destacó.

En relación a los retos, la porcicultura mexicana no está libre de enfermedades lo que ha generado un fuerte impacto en el área productiva y económica. Entre las patologías animales que se cuentan, están presentes: Síndome Reproductivo y Respiratorio Porcino, Influenza y Diarrea Epidémica Porcina. “Los precios de las materias primas nos obligan a ser más eficientes a la hora de producir un kilo de carne de cerdo. Los precios de comercialización son un reto; nos interesa saber cómo va a estar el próximo año, ya que todo esto afecta nuestros propios precios de mercado”. Otro reto interesante que plantea la experta es la introducción de su industria al mercado de las proteínas sintéticas, un tema no menor.  También destaca: “el mercado interno representa una gran oportunidad. Tenemos déficit, sin embargo, tenemos una gran ventana para comercializar el cerdo mexicano. En este sentido, necesitamos estar más integrados, actualmente somos ocho mil productores que necesitan ayudarse entre sí”. “Creo que el gran déficit es que no hemos tenido una buena campaña y estrategia para promover el consumo y los beneficios de la carne de cerdo en el país. Además, es urgente incrementar la tecnificación y mejorar los niveles sanitarios para así poder seguir abasteciendo al gran consumidor de China y a la vez continuar exportando a Japón, EE.UU. y a Corea del Sur”, puntualizó.

Chile

Por su parte, Rodrigo Castañón, gerente de negocios de CHILECARNE, se refirió a ChileCarne como la entidad que agrupa el 88% del volumen exportado de carnes de Chile, y la cual trabaja estrechamente con ASPROCER. Ambas asociaciones manejan la marca sectorial ChilePork -que este año cumplió 14 años de existencia- para posicionar la carne de cerdo en el mercado asiático a través de eventos con importadores y clientes, cooking shows y webinars, destacó. Luego, dio algunas cifras de la industria, explicando que la carne de cerdo es la segunda proteína más producida en Chile y la carne más exportada; comunicó que en 2020 se exportaron $859 millones de dólares. “Asimismo, es la tercera carne más consumida a nivel interno;14 kilos per cápita. Actualmente, el 81% de la producción se exporta y el 89% de las exportaciones van a Asia, siendo China, el principal destino, seguido por Japón y Corea del Sur”, dijo.  Destacó los principales activos de la industria, principalmente los 30 acuerdos comerciales con que cuenta para exportar a más de 65 mercados. Además, abordó la importancia del valor de la sostenibilidad y consecuentemente, la inversión en tecnologías de primer nivel. Declaró: “La industria porcina chilena tiene altos estándares de sanidad, inocuidad y bioseguridad. Cuando se habla de una economía pequeña como la de Chile, el único camino para seguir creciendo es la expotación, que a la vez es una oportunidad y un desafío, lo que nos ha llevado a aplicar estos estándares tan rigurosos. Tenemos una autoridad sanitaria reconocida a nivel internacional, el Servicio Agrícola y Ganadero, además, de más de diez programas de vigilancia a lo largo de la cadena productiva de carácter publico-privado”.

Detalló que los retos que hoy tiene la industria porcina chilena para hacer frente a la creciente demanda de proteína animal son los siguientes: Se necesita contar con politicas y normativas claras en el ordenamiento territorial y olores, acercarse al nuevo consumidor (uso de antibióticos a través del programa “Buena Salud”, bienestar animal (empresas certificadas y trabajando en poder traer un estándar) y contar con una producción responsable con el medioambiente. Por otra parte, la apertura de nuevos mercados (ASEAN; en particular, Filipinas, Vietnam, Indonesia, Tailandia).

Perú

Ana María Trelles, gerente general de ASOPORCI sostuvo que la Asociación actualmente representa al 80% de la porcicultura nacional y se posiciona como un sector básicamente que quiere destacar en el panorama agropecuario del país.

También se refirió a los pilares en los que se sustenta el trabajo de la Asociación y las instituciones con las que trabaja estrechamente. Sobre el acceso al mercado externo, en los últimos años, los porcicultores han venido invirtiendo en mejoras sobre la tecnología genética y buenas prácticas, a fin de estar preparados para la exportación, ya que los logros del acceso al mercado externo han significado fuentes de trabajo, divisas para el país y crecimiento del sector porcino nacional.

Por otra parte, es un país que cuenta con un asesoriamiento técnico sanitario, con un departamento sanitario al servicio de las granjas asociadas y también en convenio con el MIDAGRO se ofrece asistencia técnica para pequeños productores. El objetivo es optimizar el estatus sanitario de las granjas porcinas a través de visitas ténicas y asesoriamiento en manejo, sanidad, entre otros. También, la Asociación ha propiciado la actualización técnica científica. Y en térmnos de promoción y comunicación, “en 2017 iniciamos un programa/campaña “Come cerdo, come sano. Actualmente, la proteína que más se consume es la carne de pollo, cuyo promedio per cápita es de 52-54 kilos, luego le sigue el pescado con 18-20 kilos, y la carne de cerdo está en tercer lugar con 9 kg en 2021 proyectado y con un crecimiento sostenido hacia el 2030. Estamos trabajando a través de esta campaña. Es un desafío poder crecer. Nos sostenemos con estrategias de comunicación y marketing para educar al consumidor, derribar mitos, romper estigmas y comunicar sobre los beneficios de la carne de cerdo”. A su juicio, el propósito es incrementar la demanda local a través del hábito de consumo en el día a día y las exportaciones a nivel internacional”.

Argentina

Adolfo Franke, presidente de la AAPP dijo: “Hasta el año 2004, la producción porcina estaba dirigida casi exclusivamente a la elaboración de chacinados, sólo el 10% era consumida como carne fresca. Existían mitos que sostenían que no era una carne sana. Esto, sumado a las dificultades en la cocción y la posición inamovible de la carne vacuna como la proteína líder”. En 2006, el escenario cambió, muchos productores incursionaron en la producción porcina gracias, en parte a las buenas condiciones que tiene este país para esta actividad, tales como; disponibilidad de cereales y maíz, buen estatus sanitario (SENASA ha sido muy exigente) y buenas condiciones para la producción y recursos humanos para ello.

Se refirió a la evolución del consumo de carnes en los últimos 15 años; “en 2006, se consumían 99 kg de carne de cerdo por habitante al año y en 2020, consumimos 1.012 kg,  es decir, un notorio incremento del 14%”. De acuerdo a Franke, lo que ha evolucionado diferente es la participación de las carnes en términos de consumo; un 7.4% era el consumo de la carne de cerdo en 2006 y en 2020, es de un 15,6% per capita por año, “un salto importante”, acotó. También, dio algunas cifras sobre la producción de carnes.

Como programa de promoción, en 2006 se lanzó HoyCerdo!, una inicitiva de la industria cuyo fin era comunicar los atributos de la carne de cerdo a los profesionales de la salud, sugerir recetas para incluirla en la nutrición de los argentinos y difundir las técnicas para el desposte de la media res y el trozado de los cortes, entre los carniceros de supermercados y de cada barrio argentino. Todo esto con el objetivo de modificar los hábitos de consumo de la poblacón. Otra campaña de promoción fue “Come bien, come cerdo!” durante el período 2016-2018. De la misma forma, durante la pandemia, se promocionó el consumo y se potenció la venta de precios competitivos en una red de carnicerías. “La expansión del sector porcino es un hecho; hay un mercado local y un mercado internacional”, aseveró.

“El sector este año finalizó un plan estratégico porcino (2020-2030) que recomienda: adecuar distorsiones impositivas, mantener el estatus sanitario, mejorar la imagen del producto y promocionar el consumo. Sobre las metas de producción, pensamos que en los próximos diez años sería interesante duplicar la cantidad de madres productivas y las inversiones. Las exportaciones, en 2020 representaton el 6%de producción y en este sentido, China absorbió el 68% de las exportaciones”, añadió. En relación a las metas, el sector porcino argentino proyecta que en 2030 las exportaciones representen más del 30% de la producción, a través de la apertura de mercados y la comercialización de cortes. Y algunos de los desafios son darle sustentabilidad a la producción, promover el bienestar animal y hacer uso racional de antibióticos, entre otros.

Colombia

Liliana Galindo, directora de comercialización y marketing de la Asociación PorkColombia señaló: “Hace más de una década, la Asociación de Porcicultores de Colombia se trazó un objetivo: crear un área de mercadeo con el objetivo final de incrementar el consumo de la carne de cerdo en el mercado y en el consumidor colombiano, y así posibilitar el incremento dentro del hogar y fuera de él”.

Explicó que la industria no da un paso adelante si no se hace un estudio de mercado. “Estabecemos una escalera comunicacional tal como lo hace una marca comercial”, dijo. Hemos evaluado y avanzado y ya contamos con una proyección para 2024 con objetivos muy claros para la industria porcina, desde la variedad de cortes, sus beneficios, inocuidad, sanidad animal. La idea es cotidianizar el consumo de esta proteína”, destacó.

La experta entregó cifras sobre la evolución en el consumo de carne de cerdo en Colombia: En 2010, se consumían 4,8 kgs por persona, en tanto en 2020 -diez años después- cada habitante consume 10,8 kgs de esta proteína en promedio. “Estamos dando todo el énfasis a nuestros porcicultores con esta estrategia. Sabemos que aún tenemos mucho trabajo por hacer pero continuamos con la idea de comunicar el tema de la versatilidad de la carne de cerdo. El sector porcícola en Colombia es muy aguerrido, hemos salido adelante más fuertes y a ese foco queremos llegar en 2021, y nos vamos a seguir enfocando en la versatilidad de la preparaciones con carne de cerdo. Queremos marcar la diferencia de que la carne de cerdo que ponemos en la mesa sea colombiana”, finalizó.