El sector avícola chileno no solo abastece al mercado interno, sino que se ha consolidado como un referente internacional y regional. En 2024, Chile se posicionó como el 11° exportador mundial de carne de ave, con envíos a Asia, América Latina y Europa, respaldados por altos estándares de calidad, inocuidad, trazabilidad y sostenibilidad. El pollo, proteína preferida por los chilenos, destaca por su valor nutricional, accesibilidad y producción responsable, consolidándose como un sector confiable que genera empleo y promueve el bienestar animal en un contexto de innovación y compromiso ambiental.

Cada primer viernes de julio, este año el día 4 de julio, la región celebra el Día Latinoamericano del Pollo, destacando su relevancia en la alimentación y economía del continente. Esta fecha fue establecida en julio de 2021 por la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA) durante su asamblea general, y es impulsada por el Instituto Latinoamericano del Pollo (ILP), su órgano de promoción. En Chile, esta carne continúa en el sitial de la proteína favorita, con un consumo per cápita que en 2024 alcanzó 33,9 kilos, equivalentes al 41 % del total de carne, aumentando un 2 % respecto a 2023, según cifras de ChileCarne.

En el contexto regional, según el Instituto Latinoamericano del Pollo (ILP/ALA), América Latina y el Caribe se han consolidado como uno de los principales productores y exportadores de carne de pollo a nivel mundial. Esta cadena productiva, presente en la mayoría de los países, impulsa empleo formal, desarrollo en comunidades rurales y urbanas, e integra a pequeños y medianos productores, convirtiéndose en un motor económico clave y un pilar para la seguridad alimentaria. Además, el consumo de pollo en la región supera ampliamente el promedio global, con países como Brasil, Argentina y Perú liderando en producción y consumo, mientras que Chile, gracias a sus altos estándares de calidad e inocuidad, se posiciona como un referente competitivo y confiable dentro del continente.

“El pollo se ha posicionado como la proteína más elegida por los chilenos, y ese liderazgo conlleva un compromiso: garantizar alimentos seguros, nutritivos y responsables. Nuestro sector trabaja día a día con altos estándares de inocuidad, sostenibilidad y bienestar animal para contribuir a la alimentación de la mayor cantidad de familias y a la seguridad alimentaria nacional”, señala Carolina Larraín, jefa de sanidad avícola de ChileCarne.

El pollo es una opción nutritiva para personas de todas las edades, ya que aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas del complejo B, hierro, fósforo y minerales esenciales como el selenio. Además, su bajo contenido de grasas saturadas y su fácil digestión lo convierten en una alternativa saludable y versátil que se adapta al estilo de vida de toda la familia.

Chile consolida su posición como exportador confiable

La producción avícola chilena no solo es un pilar clave en la economía nacional, generando más de 33 mil empleos directos e indirectos que benefician a comunidades rurales y urbanas en todo el país, sino que también se ha consolidado como un exportador confiable en los mercados internacionales. Este posicionamiento se basa en el cumplimiento riguroso de altos estándares de calidad, inocuidad y sostenibilidad.

“Chile se ha consolidado como un exportador confiable de productos avícolas, respaldado por altos estándares de calidad, inocuidad y sostenibilidad. Nuestro desafío es continuar impulsando la innovación, el bienestar animal, la sanidad avícola y la eficiencia productiva para enfrentar el cambio climático y una demanda global cada vez más exigente, mientras aseguramos alimentos nutritivos y accesibles para todos los chilenos”, destaca Carolina Larraín.

Inocuidad, bienestar animal y sostenibilidad

El sector avícola chileno opera bajo una cultura de inocuidad reconocida internacionalmente, con 11 programas de gestión sanitaria, trazabilidad completa, certificaciones electrónicas y sistemas de control “de la granja a la mesa”, garantizando un producto seguro tanto para el mercado interno como externo. Las plantas procesadoras cuentan con certificaciones como HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), un estándar clave que identifica y controla riesgos en cada etapa de la producción, asegurando la inocuidad de los alimentos. Estas certificaciones, junto a otros estándares reconocidos en los mercados más exigentes, respaldan la confianza global en la carne de ave chilena.

Además, el rubro ha reforzado el bienestar animal, un pilar clave de su sostenibilidad. En línea con la normativa SAG y estándares OIE, ChileCarne junto al SAG implementa el Manual de Buenas Prácticas en Bienestar Animal, con auditorías, capacitaciones y protocolos para asegurar el confort y la sanidad de las aves.

En materia ambiental, el sector ha incorporado tecnologías para optimizar la eficiencia hídrica y energética, reducir residuos, minimizar la huella ambiental y asegurar el bienestar animal. Gracias a esta gestión integrada, la producción avícola chilena se presenta como una solución moderna y responsable para enfrentar los desafíos alimentarios actuales y futuros.

Los invitamos a revisar el Recetario de Celebración del Día Latinoamericano de la Carne de Pollo 2025 del Instituto Latinoamericano del Pollo: RECETARIO