Con el comienzo de la migración de aves desde el hemisferio norte hacia el sur, la Influenza Aviar representa nuevamente un riesgo esta temporada estival para la avicultura en Chile. La bioseguridad es la primera barrera contra esta amenaza y el Ministerio de Agricultura, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) así como ChileCarne, están redoblando los esfuerzos de prevención ya implementados con éxito el año pasado en esta temporada, promoviendo mejores prácticas entre los productores de traspatio, entre otras iniciativas.

La Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) representa una amenaza significativa para la avicultura mundial debido a su alta capacidad de propagación y al impacto devastador que puede causar en la salud de las aves. Esta enfermedad viral no solo afecta a las aves locales o comerciales, sino que también pone en peligro la biodiversidad avícola al transmitirse rápidamente entre especies.

Con la llegada de las aves migratorias a Chile, las granjas avícolas deben tomar precauciones adicionales para evitar el contagio y la implementación de medidas de bioseguridad rigurosas es crucial para proteger las instalaciones y garantizar la salud de las aves.

Cómo proteger granjas y gallineros contra la IAAP: Prácticas esenciales de bioseguridad para evitar brotes

Desde ChileCarne indican que las mejores prácticas de bioseguridad para proteger granjas contra la influenza aviar incluyen medidas clave como el control de acceso, la desinfección adecuada de equipos y vehículos, y la implementación de programas de vigilancia sanitaria. A continuación, algunas recomendaciones fundamentales para minimizar riesgos en la producción avícola:

  1. Prohibición de aves de traspatio: Para evitar el contacto con aves silvestres o externas, se debe prohibir la tenencia de aves en las instalaciones. Además, se debe evitar que las aves de la granja accedan a aguas abiertas que puedan atraer a aves migratorias.
  2. Restricción del movimiento de personas y equipos: Minimizar el riesgo de transmisión es fundamental. Es crucial limitar el acceso a la granja y restringir el movimiento entre instalaciones. Asimismo, se debe implementar un control estricto de los vehículos y equipos que ingresen, asegurando que sean desinfectados adecuadamente.
  3. Construcción de barreras físicas: La instalación de cercas alrededor de la granja y la creación de zonas diferenciadas, como áreas «limpias» y «sucias», ayuda a reducir la contaminación cruzada. Estas medidas también limitan la propagación de agentes infecciosos de un lugar a otro dentro de la granja.
  4. Prácticas de higiene y desinfección rigurosas: Los procesos de limpieza deben aplicarse a todos los vehículos, equipos y calzado que ingresen a las instalaciones. Las estaciones de desinfección en las entradas son fundamentales, así como el uso exclusivo de ropa y calzado para cada granja. Además, se debe monitorear constantemente los galpones para detectar y eliminar posibles nidos de aves silvestres, realizando la desinfección de las áreas afectadas.
  5. Manejo adecuado de agua y alimento: Solo debe utilizarse agua proveniente de fuentes confiables, evitando el uso de aguas abiertas que puedan estar contaminadas por aves migratorias. Es crucial desinfectar los sistemas de agua entre ciclos productivos y mantener los alimentos en condiciones adecuadas, asegurando que estén frescos y libres de contaminantes.
  6. Control de plagas y protección de insumos: Un control adecuado de plagas es vital para evitar que roedores, insectos o aves atraigan agentes infecciosos. Además, es fundamental que todas las áreas de almacenamiento de insumos estén protegidas y selladas para evitar contaminaciones externas.

El éxito de estas medidas de bioseguridad depende de la correcta implementación y compromiso continuo de todo el equipo. Es esencial que los trabajadores comprendan la importancia de estos protocolos y los apliquen rigurosamente. Los planes de bioseguridad deben ser prácticos, sostenibles y adaptados a las características específicas de cada granja, para garantizar su efectividad a largo plazo.

Más información: Guía Práctica de Bioseguridad de AviNews.

Caso de éxito: Programa de Bioseguridad en Humedales de ChileCarne

Un ejemplo exitoso de la implementación de estas medidas preventivas tiene que ver con los resultados observados en los productores de traspatio que son parte del Programa de Bioseguridad en Humedales implementado por ChileCarne desde 2015, destinado a prevenir el ingreso de la Influenza Aviar a aves de corral cercanas a humedales, donde se alojan aves migratorias.

Gracias a este programa, los productores pequeños no han reportado contagios, demostrando la efectividad de las prácticas de bioseguridad promovidas. Este programa no solo ha protegido contra la IAAP, sino también contra otras enfermedades endémicas, como la Newcastle, beneficiando la salud de las aves y garantizando la estabilidad de la producción avícola.

ChileCarne continúa trabajando con los productores para asegurar que estas prácticas se mantengan vigentes a mediano y largo plazo. Casos como el éxito del programa en humedales resalta la importancia de la vigilancia continua, la educación sobre bioseguridad y la implementación rigurosa de medidas preventivas.