Las exportaciones cárnicas y avícolas desde los EE. UU.  se han convertido en las primeras víctimas de la guerra comercial del Presidente Trump, ya que los socios comerciales buscan castigar a los “estados republicanos” de los EE. UU. donde el Presidente tiene un apoyo más alto. Con los impuestos de represalia aplicados por China y México, el 41 % de las exportaciones estadounidenses de carne de cerdo está ahora sometido a aranceles punitivos. Los envíos de carne de vacuno estadounidense a China y de carne de vacuno procesada a Canadá representan solo el 2% de las exportaciones totales de carne de vacuno de EE. UU.  Y los impuestos sobre los productos avícolas que ha aplicado China son un ataque superficial ya que este país mantiene su prohibición de 2015 a la importación de aves de corral de EE. UU. (debido a la gripe aviar altamente patógena, HPAI por sus siglas en inglés). Sin embargo, la oferta de productos estadounidenses está aumentando de forma pronunciada este año mientras la demanda de los compradores se ha limitado.

Los impuestos chinos han detenido los envíos de carne de cerdo estadounidense y enlentecerán los de despojos de cerdo.  Se espera que los impuestos de Canadá solo frenen ligeramente el flujo de las importaciones de carne de vacuno procesada.  Merece la pena observar los impuestos mexicanos sobre la carne de cerdo; EE. UU. envió 816 millones de kilos de carne de cerdo a México el año pasado.  En cierto modo, este comercio es “demasiado grande para fracasar” lo que significa que ninguna de las partes tiene opciones viables para lidiar con un excedente o déficit de tal magnitud. Por tanto, los jamones estadounidenses seguirán llegando a México. Los suministros desde Europa y Brasil no son reemplazos viables por varias razones, la principal es que esto es temporal.  Sin embargo, Canadá podría re-dirigir a México algunos jamones que antes enviaban a China.  El impuesto estadounidense del 20 % les daría un incentivo económico a los exportadores canadienses.  Canadá posee el 10 % de la cuota del mercado de carne de cerdo importada en México, pero creemos que podría crecer hasta el 15 % para finales de 2018 si estos impuestos continúan en vigor.  Esta sería suficiente para presionar a la baja los precios de jamón estadounidense.

Un acuerdo respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) pondría fin a los impuestos estadounidenses sobre el acero y posiblemente terminaría los impuestos de Canadá /México.  La situación en China es más complicada y probablemente continuará durante más tiempo; las negociaciones parecen avanzar lentamente por ahora.

La verdadera prueba será si estas medidas producen resultados reales. En la práctica China no está técnicamente “abierta” a las carnes rojas y de ave de EE. UU., y ha aplicado una serie de medidas para restringir o gestionar el comercio.  Solo el tiempo dirá si esto merece la pena.