Uno de los pilares del Programa Chile Origen Consciente (ChOC) —al cual adhieren las industrias porcina y avícola asociadas en ChileCarne— tiene relación con reconocer la importancia de la economía circular, ubicando esta temática como uno de los ejes del estándar de medición al momento de certificar a las empresas. 

El protocolo de sustentabilidad del Programa Chile Origen Consciente, del cual ChileCarne es parte, incorporá firmemente la economía circular, fomentando la reutilización y la adecuada gestión de residuos. Así, todas las empresas que adhieren a este programa y aspiran a obtener la certificación ChOC —especialmente de la industria de las carnes blancas—  tienen responsabilidades claras: separar los residuos producidos durante sus procesos productivos de los desechos domésticos, asegurar un triple lavado de envases de plaguicidas y su posterior entrega a centros de acopio autorizados para su revalorización, e implementar estrategias efectivas de reducción, reutilización y reciclaje a nivel predial.

Los números hablan por sí solos: en el sector porcino, el 96% de los residuos orgánicos son utilizados para alimentación animal. Mientras que el 8% de residuos inorgánicos ya se valorizan, este número está en aumento, teniendo en cuenta las metas establecidas para el próximo año. Por su parte, el 100% de los residuos peligrosos son destinados a lugares autorizados. “La visión de ChOC va más allá del simple reciclaje. Reconocemos que cada residuo puede tener un nuevo propósito, transformándose en un recurso valioso para la industria”, afirma Daniela Álvarez, Gerente de Sostenibilidad de ChileCarne.

Pero la innovación no termina ahí. En cuanto a los efluentes del sistema de tratamiento, cerca de un 66% de los mismos son tratados y luego utilizados en procesos de fertirriego y un 33% es utilizado como mejorador de suelos. Así, el uso de abonos orgánicos como purines, bioestabilizados y guanos, permite la revalorización y uso de subproductos de origen animal, además de la optimización del uso de los recursos.

Desde 2021, Chile posee una hoja de ruta de economía circular a largo plazo donde se establece una visión de economía circular regenerativa, justa y participativa. Dentro de esta Hoja de Ruta hay metas al 2040 como, por ejemplo, generar 180 mil empleos verdes, aumentar la tasa de reciclaje general al 75% y reducir en un 25% la generación de residuos sólidos pér capita.

Particularmente, las industrias porcina y avícola chilenas han adoptado este enfoque desde hace años. Un ejemplo emblemático es el fertirriego: una técnica que utiliza una mezcla de purines y digestatos de cerdos con agua de riego como fertilizante. Además, materiales más secos como bioestabilizados y guanos son aprovechados como abonos, enriqueciendo la tierra y los cultivos. Esta estrategia no solo es sostenible, sino que también infunde al suelo con nutrientes esenciales — nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, calcio y materia orgánica— optimizando así sus propiedades y estructura.

“Nuestras empresas adheridas al Programa ChOC no solo están haciendo negocios, sino que están transformando la industria y cuidando nuestro planeta. Estamos orgullosos de ser parte de esta revolución sostenible”, concluye Daniela Álvarez.

El Programa Chile Origen Consciente es una iniciativa liderada por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) del Ministerio de Agricultura para fomentar la implementación de buenas prácticas en el sector agroalimentario.

Más información en www.chileorigenconsciente.cl