En Chile, el sector agroalimentario y sus productores, enfrentan importantes desafíos en cuanto a la calidad y mejora de suelos, así como en la sustentabilidad ambiental en general, especialmente en el contexto actual de mega sequía e incendios recurrentes. Mejorar la calidad de los suelos, permite una mejor infiltración y aprovechamiento del agua, iniciando procesos sumamente valiosos para la cadena productiva.

En el marco de la versión 17 del Simposio de Suelos y Análisis de Plantas (ISSPA en inglés), de la cual Chile fue el anfitrión a fines de marzo pasado y que se realizó en Concepción, conversamos con el Dr. Rodrigo Ortega, profesor de la Universidad Técnica Federico Santa María y Director del Grupo de Investigación en Suelo, Planta, Agua y Medio Ambiente, para conocer su opinión sobre cómo el sector agroalimentario en Chile debe enfrentar los desafíos de Sustentabilidad, en el actual contexto de Cambio Climático.

El ISSPA, evento organizado por Soil and Plant Analysis Council, se llevó a cabo en Concepción y contó con la co-organización de la Universidad Técnica Federico Santa María. Se trata de una instancia que reúne a científicos y profesionales de todo el mundo y que busca discutir acerca de los avances científicos y tecnológicos en el análisis de suelos y plantas. En un formato híbrido, la actual versión de este evento incluyó tanto sesiones virtuales como visitas a terreno para conocer las distintas realidades de los suelos en Chile.

En este contexto, cabe destacar que el sector agroalimentario y sus productores, enfrentan importantes desafíos en cuanto a la calidad y mejora de suelos, así como en la sustentabilidad ambiental en general, especialmente en el contexto actual de mega sequía e incendios recurrentes. Mejorar la calidad de los suelos, permite una mejor infiltración y aprovechamiento del agua y un cultivo más resistente al estrés.

Al respecto, el doctor Rodrigo Ortega en entrevista señaló: “Chile es uno de los países más afectados con el cambio climático, cuyas manifestaciones más evidentes son las altas temperaturas (radiación UV) y el cambio en el patrón de precipitaciones (tanto en cantidad como en intensidad). Dentro de este contexto, la medida de adaptación más relevante es el mejoramiento de la calidad del suelo. Un suelo de buena calidad no solo permitirá una mejor infiltración del agua sino que también su aprovechamiento, a partir de cultivos con mejores raíces y con mayor tolerancia al estrés; biótico y abiótico. El mejoramiento de suelos debe partir por un buen diagnóstico, ojalá a través de un mapeo de estos y la aplicación de enmiendas y materia orgánica con materiales de buena calidad, adecuadamente caracterizados”.

Resaltó también que el tener suelos de buena calidad permite alcanzar buenos rendimientos de manera sustentable, pues un suelo que funciona adecuadamente aporta más nutrientes y produce cultivos más sanos, disminuyendo la necesidad de inputs externos. “Las oportunidades para el sector agroalimentario son múltiples e incluyen el desarrollo de un mercado de carbono secuestrado en el suelo, el desarrollo de nuevos productos fertilizantes y de enmienda orgánicos, y servicios de evaluación de proyectos y de aplicación de este tipo de productos que permitan el mejoramiento de la calidad de los alimentos producidos, entre otros”, agregó.

Considerando el tema que convocó el Encuentro ISSPA 2023: «Analítica para una agricultura sostenible ante el cambio climático», el Dr. Ortega explicó qué nuevas prácticas y tecnologías destacan con respecto a años anteriores. Indicó que la analítica tiene un rol fundamental en el mejoramiento de suelos, para evaluar y cuantificar sus cambios, así como servir de base para el desarrollo del mercado de Carbono. “Además, el conocimiento detallado de los indicadores de calidad de suelo permite hacer un mejor manejo de este recurso y evitar su mayor deterioro a través del diseño y aplicación de prácticas más sustentables. En ese sentido, en el ISSPA 2023 se discutieron nuevas metodologías para la evaluación de la calidad de suelos y aspectos de control de calidad a nivel de laboratorios, para métodos nuevos y existentes”, dijo.

Y recomendó: “Para avanzar en la descarbonización en Chile, sugeriría poner el tema como agenda país, capacitando y sensibilizando a los distintos actores involucrados. En segundo término, sugeriría modificar los programas de recuperación de suelos degradados existentes, de manera que funcionen adecuadamente, por ejemplo, no debieran subsidiarse las aplicaciones de materia orgánica si no hay control de erosión. En tercer lugar, sugeriría establecer alianzas público-privadas para el desarrollo de productos orgánicos adecuados para el secuestro de carbono, dentro del concepto de economía circular, y para la implementación y desarrollo de prácticas tendientes a aumentar dicho secuestro en el suelo”.

En cuanto al Simposio, se trató de un importante evento para científicos, laboratorios públicos y privados, agencias gubernamentales, profesionales y estudiantes. El programa de este año incluyó una serie de plenarios y sesiones técnicas sobre temas como la salud y calidad del suelo, la fertilidad y nutrición vegetal, los bioproductos, la gestión específica del sitio, el cambio climático y la huella ambiental, y los suelos degradados. Además, se realizó un tour técnico que incluyó una visita a una viña en Portezuelo, al Banco de Recursos Genéticos Microbianos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile INIA y a Agrícola Las Acacias productora de avellanas, cerezas, arándanos, entre otros.