La capacidad de innovar y adaptarse al cambio, la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos productivos, el desarrollo de la capacidad de trabajar en equipo y el estar más atentos que nunca a todos los procesos para así mantener los altos estándares de inocuidad, sanidad y bioseguridad que distinguen a Chile en el mundo, son algunos de los aprendizajes que nuestras empresas exportadoras del sector porcino, AASA, Agrosuper, Maxagro y Coexca, rescatan y valoran de este complejo e inesperado año 2020.
En entrevista con ChileCarne, Felipe Alarcón, Gerente General de Comafri, planta exportadora de AASA; Guillermo Díaz Del Río, Gerente General de Agrosuper; César Rodríguez, Gerente de Procesos de Coexca; y Pablo Espinosa, Gerente General de Maxagro, analizaron de qué forma cada una de las organizaciones y sus equipos, afrontaron este complejo año, donde la incertidumbre ha sido la tónica. Explicaron cómo se ha ido dando paso a nuevas formas de trabajar y concordaron en que, ya que como industria tienen desde hace décadas internalizadas las medidas de sanidad que fueron recomendadas por la autoridad sanitaria del país a contar de marzo de este año, pudieron enfrentar de mejor forma esta emergencia sanitaria mundial.
Tras la expansión de la pandemia por Covid-19 a comienzos de 2020, la industria alimentaria ha jugado un rol fundamental en términos de abastecimiento y de tener que entregar rápidas respuestas de una forma distinta a lo conocido. En ese sentido, ha sido de las pocas industrias que ha generado nuevos empleos y ha contribuido en el desarrollo del país durante este complejo año, sin embargo los esfuerzos también han sido arduos y la capacidad de respuesta de las empresas a nuevos desafíos como el e-commerce y el teletrabajo ha debido ser rápida y eficaz.
Las empresas exportadoras de carne de cerdo AASA, Agrosuper, Coexca y Maxagro concuerdan en que, ante todo, su principal preocupación ha sido siempre la seguridad y bienestar de todos sus colaboradores y trabajadores, las comunidades que son impactadas por las empresas, sus clientes, y los stakeholders en general. Pablo Espinosa, de Maxagro, sostuvo: “el aprendizaje ha sido, en primer lugar, ser capaces de trabajar en equipo no solo con los profesionales de siempre, sino entender que este tipo de emergencias exigen miradas interdisciplinarias para tomar e implementar las decisiones técnicas más adecuadas. En nuestro caso, por ejemplo, trabajamos codo a codo con una viróloga y un psicólogo para afrontar los desafíos emocionales de este proceso, entre otros. Por otra parte, nos desafió a ser lo suficientemente flexibles para abrirnos a cambios en la forma de trabajar, actuar e, incluso, pensar. Todo esto, implementado de manera ágil”.
Guillermo Díaz Del Río, de Agrosuper, destacó: “La capacidad de innovación y adaptación al cambio han sido aspectos fundamentales para enfrentar los desafíos de este año, donde la comunicación y las nuevas formas de trabajar como el teletrabajo, llegaron para quedarse. La incorporación de tecnología en los procesos productivos nos permitió realizar procesos de certificación y visitas a nuestras instalaciones de manera virtual”.
Felipe Alarcón, de AASA en tanto, señaló: “Las grandes lecciones que hemos podido rescatar de este tiempo, han sido aprender a observar lo que ocurre en otros países. Hemos visto, por ejemplo, casos en que se han detectado empaques contaminados, lo cual repercute directamente en la deshabilitación de las plantas. Por muy extraño que pueda ser, esto nos ha impulsado a estar preparados, en alerta constante y a ser sumamente cuidadosos con nuestro quehacer”, aseguró.
César Rodríguez de Coexca, dijo: “pudimos constatar el buen pie y las exigentes normas de bioseguridad con las que nuestra empresa desarrolla sus actividades en toda su cadena productiva, dadas las exigencias de los mercados a los cuales exportamos y las certificaciones con las que contamos. Sin embargo, Coexca S.A redobló sus esfuerzos e incorporamos nuevas metodologías y mayor tecnología para optimizar la seguridad sanitaria y así garantizar a todos nuestros clientes y a nuestro propio personal altos niveles de bioseguridad e inocuidad”.
Con respecto a las oportunidades que se presentaron, todos concuerdan en que la implementación del teletrabajo fue un factor clave durante el año y que la incorporación del e-commerce les ha permitido acceder a un gran número de consumidores, no obstante sigue planteando permanentemente nuevos desafíos en torno a la distribución y logística.
Al respecto, Pablo Espinosa de Maxagro, señaló que “para una industria ligada a procesos productivos, esto parecía sumamente lejano. Sin embargo, al abrirnos a nuevas posibilidades, descubrimos que en diversas áreas sí era posible el teletrabajo. Esto se sumó al uso de tecnologías, las que hemos utilizado, por ejemplo, a través de auditorías a distancia y, por supuesto, reuniones, capacitaciones e, incluso, actividades de desarrollo interno a través de videoconferencias”. Guillermo García destacó la modalidad del teletrabajo como “un gran cambio cultural y una realidad que llegó para quedarse. La pandemia de cierta forma obligó a acelerar la incorporación de tecnologías de la información y comunicación en los procesos”, dijo.
“Enfrentar un proceso tan complejo como ha sido la pandemia de Covid-19 ha fortalecido la capacidad de empatizar y ser conscientes del impacto que las acciones individuales pueden tener en el grupo de trabajo e, incluso, más allá, en las familias y comunidades. Este es un valor importante de seguir reforzando para afianzar a nuestros equipos”, reveló Espinosa.
Según César Rodríguez de Coexca, la pandemia ha permitido fortalecer el trabajo colaborativo y en equipo, así como desarrollar habilidades en miembros de la organización para que potencien sus capacidades de liderazgo y así estén preparados para sustituir funciones en la eventualidad de alguna contingencia. “Hoy podemos dar cuenta que el equipo humano puede dar confianza, retroalimentarse, generar sentido de pertenencia de los equipos de trabajo con la empresa, con el autocuidado y fomentar la responsabilidad con la organización en una escenario complejo e incierto”, aseveró.
“Este año ha sido distinto y desafiante producto de la emergencia sanitaria, donde pusimos foco en proteger la salud de nuestros colaboradores, fortaleciendo los protocolos y medidas preventivas junto con mantener la cadena de abastecimiento. En este sentido, la comunicación ha jugado un rol relevante para mantener a los equipos unidos a pesar de la distancia física y eso nos interesa seguir desarrollando”, agregó Guillermo Díaz Del Río, titular de Agrosuper.
A nivel de industria, cambió la forma en cómo se considera la introducción de nuevas enfermedades, se abrieron los ojos a las nuevas vulnerabilidades en las que se encuentran los productos que son exportados y a la dependencia, que hoy más que nunca, existe de las cadenas de producción mundiales. A nivel operacional y humano, también se vivieron nuevas experiencias y se aprendieron lecciones, las que según los entrevistados será enriquecedor perfeccionar y mantener en el tiempo con el fin de estar siempre preparados y también de continuar construyendo espacios de trabajo cálidos y humanos.
Felipe Alarcón de AASA, concluyó en su entrevista: “Nuestro sello distintivo siempre ha sido el de generar fuertes vínculos con los colaboradores y producir ambientes de contención. Podemos asegurar que este valor está hoy en día cada vez más enraizado y ya es parte del ADN cultural de la empresa”.